Un exministro metodista, William Booth, junto con su esposa, Catherine, fundaron el Ejército de Salvación en los barrios marginales de Londres durante 1865. William quería hacer la iglesia más accesible a toda la comunidad en un momento en que muchas personas pobres y de clase trabajadora estaban excluidos de las iglesias. Originalmente conocida como Misión Cristiana, el nombre ‘Ejército de Salvación’ fue adoptado en 1878 y desde entonces la estructura de la organización se ha basado en líneas militares.
Inicialmente, la misión de William tenía como objetivo reunir a las multitudes afectadas por la pobreza del East End de Londres y conectarlas con las iglesias existentes. Sin embargo, esas personas eran consideradas marginadas y no bien recibidas por los miembros de la iglesia ricos y respetables de la época. Como resultado, William y su esposa se vieron obligados a proporcionar una organización más permanente para el cuidado espiritual y continuo de sus conversos.
La preocupación de por las masas indigentes de Inglaterra no era sólo espiritual. Cuanto más aprendía sobre la difícil situación de los miles despreciados por la revolución industrial británica, más decidido estaba a lograr un cambio social duradero. Desde los primeros días del Ejército, varios programas sociales crecieron junto con el ministerio espiritual de la misión, incluidas tiendas de alimentos, refugios y hogares para niñas «caídas». Sin embargo, estos fueron sólo los primeros elementos de un plan amplio. A principios de la década de 1890, Booth publicó In Darkest England – and the Way Out, un plan ambicioso y complejo para liberar a Inglaterra de sus males sociales. Pronto abrió servicios de bolsa de trabajo, que pondría a miles de desempleados en puestos de trabajo. Al descubrir que unas 9.000 personas desaparecían de la vista en Londres cada año, estableció una oficina de personas desaparecidas.
Soñaba con una colonia agrícola donde los desempleados pudieran recibir trabajo honesto y un entorno agradable. Quería fundar un banco para pobres, ofreció asistencia jurídica a los indigentes; e imaginó un plan de emigración que desarrollaría una nueva colonia de ultramar. Durante la década de 1890, el ejército estableció una oficina de empleo y ayudó a encontrar trabajo para los desempleados. También se trabajó en los depósitos de salvamento y en las granjas de rescate del Ejército de Salvación. A partir de ahí comenzó una red de servicios sociales que continúa hoy en 108 países del mundo.